Lo primero mil perdones por tener el blog un “pelín” dejado..la verdad es que con el calor y el trabajo..cocino poco, y cuando lo hago , voy a lo sencillo, platos fríos, fáciles y que gustan.La tabla de quesos es una opción que tiene muchas posibilidades. Os cuento ;-)
Hoy vamos a hablar de cómo se prepara una tabla de quesos.
Esta delicia de
nuestra despensa, excelente y muy variada, puesto que, en general, no es
preciso modificar su temperatura para que esté en su punto, sino que lo mejor
es tomarlo a temperatura ambiente o a la misma de la bebida que lo acompaña.
Muchos debates se han generado en torno a cuál es el
“momento” del queso, si debe tomarse al principio o al final de las comidas o
si, en realidad, merece un disfrute en solitario a cualquier hora del día, como
almuerzo, como cena o como merienda, acompañado por unos panes, unos embutidos
o una ensalada. Si se opta por esta segunda opción, es decir, para tomarlo en
solitario, conviene recordar que normalmente se disfruta primero con la vista
antes que con los demás sentidos. Puede presentarse individualmente o en forma
de tabla. Se acompañan de frutos secos, frutas frescas, mermeladas y
confituras, panes diversos, verduras frescas y hojas verdes.
Frutos secos, hierbas aromáticas y hortalizas
Los frutos secos constituyen un motivo decorativo adecuado
y, además, pueden tomarse entre queso y queso, especialmente si se trata de las
nueces y las avellanas.
Otros frutos como dátiles, higos, pasas, castañas son
también muy idóneos para acompañar una tabla de quesos. Potencian, además, el
sabor de los quesos curados.
La mezcla con hierbas aromáticas, -romero, tomillo,
orégano-, les va muy bien tanto a los quesos tipo fresco como a los curados,
siendo tanto mejor el resultado si se les adereza con un poco de aceite de
oliva virgen extra.
También se puede añadir elementos de color, como tomates
cherry, tiras de apio, bastoncitos de zanahoria, rábanos, o hojas verdes como
lechuga, rúcula, espinacas crudas...
El sabor de la fruta fresca se complementa con el del queso
La presentación de una tabla de queso con un
acompañamiento de frutas frescas como higos, peras, manzanas y uvas no es sólo
cuestión estética.
Los sabores de estas frutas se complementan con los del
queso y las más ácidas, como la manzana, sirven para limpiar el paladar entre queso
y queso. Las fresas, grosellas, frambuesas, -los frutos del bosque-, encajan
sobre todo con los quesos de cabra tipo láctico.
Panes Variados
En cuanto al pan, hay unos que van mejor con determinados
tipos de queso. Para José Luis Martín, experto en quesos, el pan de centeno
encaja con quesos tipo rollito de cabra, los picones y los ahumados; el de
nueces acompaña a quesos curados y azules; el de pasas, a quesos muy curados y
azules; el pan vienés, a todo tipo de quesos y el pan blanco tostado a las
tortas extremeñas. Por tanto, lo ideal es disponer de un mínimo de tres panes,
blanco o baguette, tostado y de cereales.
Orden
Si se consumen bajo el formato de tabla, el orden de
degustación más sensato de los quesos debe ser de los de menor sabor a los más
fuertes.
Quesos y vinos
También es importante elegir el vino adecuado. A este
respecto, se puede optar por un vino blanco, fresco, afrutado y ácido, o por un
tinto joven, sin olvidar un cava, que siempre va muy bien con el queso. Siempre
bien fríos y refrescantes para que limpien el paso en boca de queso a queso.
También se pueden servir con cervezas tipo lager o fermentadas, pero no
tostadas ni demasiado amargas. Y para los abstemios, zumos de frutas ácidas
como la manzana o dulces como el mosto.
Corte y presentación de los diferentes tipos de queso son muy importantes
Ello tiene que ver con las cuestiones estéticas, como por
lo relacionado con la mejor conservación y con el disfrute al máximo de sus
aromas y sabores. Cada tipo de queso se corta y se presenta de diferente
manera.
Los curados como el manchego o el idiazábal se cortan en
forma de cuña y después triangular. Los duros como el parmesano o el mahón muy
curado se rompen en trozos o en lascas. Los de poco volumen o untables se
suelen presentar enteros para que cada comensal se sirva la porción que desee,
lo mismo ocurre con los cremosos como el brie o el camembert que se acompañar
de pequeñas rebanadas.
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